La pimienta es conocida por ser una de las especias más utilizadas en la gastronomía, por su sabor picante y su característico aroma. Pero además, en diversas culturas, es valorada por sus beneficios relacionados con la protección energética y la armonización de los espacios.
En la antigüedad muchas culturas la consideraban un elemento sagrado, utilizado en ceremonias para purificar ambientes y personas.
Por ejemplo, los egipcios usaban especias, incluida la pimienta, como parte del proceso de momificación, debido a su capacidad para preservar y purificar. Se creía que las propiedades de la pimienta servían para proteger el alma en su tránsito al más allá.
A su vez, los romanos la consideraban un símbolo de riqueza y poder espiritual. Era común utilizarla en rituales para garantizar la protección y la prosperidad a los guerreros.
En América Latina, los chamanes y curanderos de las tribus la empleaban como escudo contra las malas energías, ya que aseguraban un flujo constante de energías positivas en el entorno.
Es por la conexión de todas estas culturas que, aun en la actualidad, muchas personas la utilizan como un escudo protector en las ventanas de sus casas. La más recomendada para santificar la propiedad es aquella de color rojo.
Además de actuar como defensa, la pimienta se asocia con la capacidad de permitir que las energías positivas fluyan libremente dentro de la casa. Esto genera un espacio más tranquilo, ideal para la convivencia y el descanso.
Los materiales necesarios para realizar este ritual son:
Paso a paso
Puede repetirse alguna frase mentalmente o en voz baja para reafirmar el pedido al universo. «Esta pimienta protege este espacio de toda energía negativa y promueve la paz y la armonía», aseguran los expertos que es una buena forma de afirmar lo deseado.
Este procedimiento debe hacer una vez al mes, para poder obtener los resultados esperados en la protección de la vivienda y de todos aquellos que lo habiten en su día a día.