Grave situación en Salta y Chaco por la crecida del río Bermejo.

Varias localidades comenzaron a sufrir las consecuencias de la inundación, con familias aisladas, caminos intransitables y viviendas sin acceso a servicios básicos.

La crecida del río Bermejo está generando serias complicaciones en el norte de Salta y en Chaco, en el límite con Formosa. Varias localidades comenzaron a sufrir las consecuencias de la inundación, con familias aisladas, caminos intransitables y viviendas sin acceso a servicios básicos como electricidad, agua potable y alimentos.

Impacto de la crecida en la región
A este panorama crítico se suma la reciente crecida del río Pilcomayo, que la semana pasada obligó a evacuar a más de 500 personas y dejó a unas 15 comunidades completamente incomunicadas. En algunas zonas, incluso, se reportó el derrumbe de viviendas debido a la fuerza del agua.

Los sectores más afectados por la crecida del Bermejo incluyen localidades como Las Vertientes, Larguero y El Chañaral, donde los asentamientos quedaron completamente rodeados por el agua. También se registraron complicaciones en el Chaco salteño, donde parajes enteros quedaron encapsulados, sin posibilidad de recibir ayuda terrestre. La crisis se agravó con los cortes de luz y la interrupción del suministro de agua potable.

En Chaco, la empresa estatal SAMEEP trabaja para evitar que la crecida afecte la potabilización del agua en la planta de El Pintado. “Se han implementado múltiples acciones en poco tiempo para garantizar el abastecimiento y mejorar la prestación a los usuarios”, señaló el coordinador de la compañía.

Estado de los ríos y situación en las comunidades afectadas
Si bien la Comisión Regional del Bermejo (COREBE) informó que en algunas zonas los niveles del agua comenzaron a descender, la situación sigue siendo crítica en la cuenca del río San Francisco, donde el caudal continúa en aumento.

Según el medio El Tribuno, en Rivadavia Banda Norte el agua rodeó la localidad sin que, hasta el momento, se hayan registrado evacuados. En cambio, en Banda Sur, sobre la Ruta Provincial 13, las comunidades se encuentran completamente anegadas.

El intendente interventor de Morillo, Marcelo Córdova, advirtió que los caminos están gravemente afectados, lo que podría complicar aún más la llegada de ayuda. “Esperamos la llegada de un helicóptero esta semana para comenzar con la distribución de bolsones de asistencia”, indicó. Sin embargo, aclaró que la entrega será limitada debido a las dificultades logísticas.

Las comunidades wichí de La Esperanza, San Felipe, El Cocal, El Breal y Campo Pañuelo también se encuentran rodeadas por las aguas del Bermejo, con serias dificultades para acceder a provisiones y asistencia.

El impacto de la crecida del Pilcomayo
Hace más de una semana, el río Pilcomayo alcanzó uno de los niveles más altos de su historia, provocando la evacuación de pobladores y el aislamiento de comunidades enteras. El pico se registró el 18 de marzo, cuando el caudal alcanzó los 7,14 metros.

El paraje La Gracia es uno de los puntos más afectados, con caminos y viviendas anegadas. También se reportaron graves daños en Santa Victoria Este, Misión La Paz y Monte Carmelo, donde la falta de alimentos y agua potable agrava la crisis. El corte de la ruta 54, principal vía de acceso terrestre, obligó a desplegar operativos de rescate y distribución de ayuda mediante lanchas y gomones.

El jefe de la Policía en la región, comisario Diego Bustos, confirmó que continúan trasladando personas atrapadas en los parajes afectados. “Estamos trabajando con dos gomones para llevar a la gente a zonas seguras”, señaló.

Desde el Ministerio de Desarrollo Social de Salta, Mario Mimessi destacó que la emergencia se maneja en tiempo real y que los esfuerzos se enfocan tanto en el control del avance del agua como en la asistencia a los damnificados.

Ante la acumulación de aguas estancadas, las autoridades sanitarias advirtieron sobre el riesgo de enfermedades como dengue y leptospirosis. Para mitigar el impacto sanitario, el gobierno desplegó equipos de salud en las zonas afectadas, brindando atención médica y distribuyendo insumos.

Mientras tanto, las comunidades damnificadas esperan que en los próximos días se intensifiquen los operativos de asistencia para enfrentar una crisis que no da tregua y que mantiene en vilo a cientos de familias en la región.

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