¡Qué jugador Julián! Julián Álvarez es un jugador estelar. Sobran las palabras. El cordobés lo demuestra partido a partido que es un futbolista de época. El pibe de Calchin juega, hace jugar, se sacrifica, es conceptual, hace goles, y juega y hace jugar, se sacrifica, es conceptual y hace goles, así de manera infinita. ¡Qué jugador! ¡Qué Selección!
Córdoba está muy bien representada en una Selección argentina histórica: campeona del mundo, bicampeona de América y que le dio una paliza a Brasil en el Monumental. Ante los vecinos, estuvieron en cancha, titulares, ‘Cuti’ Romero, Nahuel Molina y Julián Álvarez. Los tres fueron importantes, pero del ‘Arañita’ es fa-bu-lo-so.
Quizás su perfil bajo no hace que su imagen esté en todos lados como merece. Juega, no habla; aunque en la noche de la goleada 4-1 a Brasil, el clásico que será recordado por el juego albiceleste y por las palabras de Raphina: “Le vamos a dar una paliza a Argentina”, Julián habló. Hizo un golazo, fue figura y después, tímidamente, fiel a su estilo, dijo: “Obvio que lo que habló aporta su condimento, pero nosotros, con humildad, hicimos nuestro trabajo y le dimos un baile”.
¡Qué jugador! Es delantero, pero es el primer defensor. Es goleador, pero es capaz de generar juego. Puede jugar por izquierda, por derecha, o ser el gran centrodelantero que es. Puede defender sin problemas, cooperar en el mediocampo, y ser un finalizador de jugadas. Lo hace partido a partido con la Selección nacional y con el Atlético Madrid. Lo hizo en River, lo hizo en Manchester City. Lo hace habitual, y eso ya es sorprendente. ¡Qué jugador Julián!
Le dimos un baile, dijo. Le dimos un baile, y no se equivocó. Argentina goleó a Brasil y el cordobés fue protagonista fundamental de ese baile.
¡Qué jugador Julián! “Es histórico, por el contexto, por lo que se habló, hicimos un partidazo, clasificamos al Mundial”, expresó el delantero surgido de River. Y agregó: “Hicimos un 4-1 histórico”. Él, el atacante del Atlético Madrid es histórico. Será de esos jugadores que se recordarán por siempre: marcó –está marcando– una época.
¡Qué jugador Julián! “Tuve un poco de suerte en el gol…”, dijo tímidamente. No se hace cargo de su talento, de lo que significa, de lo que hace, de lo fabuloso que es jugando al fútbol.