A 48 horas del tercer paro contra Milei: confirman que habrá colectivos y en la CGT temen que la huelga fracase

Tras una serie de escándalos, derrotas parlamentarias y turbulencias económicas, en el horizonte político asoma lo que posiblemente sea una buena para la Casa Rosada: el paro general convocado por la CGT contra la administración de Javier Milei aparece debilitado a 48 horas de su inicio.

Bajo presiones cruzadas del Gobierno y de dirigentes de peso de la central obrera peronista, el gremio de los colectiveros (UTA) confirmó que finalmente no se plegará a la medida de fuerza de este jueves 10. Incluso, Roberto Fernández, secretario general del sindicato, ya le avisó de la decisión al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y al secretario de Trabajo, Julio Cordero.

La decisión es casi un tiro de gracia para la protesta: los que quieran ir a trabajar contarán con medios de transporte, lo que seguramente reducirá -y mucho- el impacto de la huelga.

Es más. Ya desde antes de que la UTA ratificara su determinación, entre dirigentes de la mesa chica de la CGT vislumbraban que el paro venía “frío”. Un histórico peso pesado cegetista fue más allá: “El paro va a ser directamente un fracaso”, pronosticó ante una consulta de Clarín.

Roberto Fernández, jefe de la UTA.

La convocatoria al paro está atravesada por la interna sindical y también la peronista. La decisión de llamar a una huelga no tuvo consenso interno ni siquiera en el minuto uno. El colectivero Fernández, por ejemplo, se enteró de que había una convocatoria a un paro general a través del canal TN.

La decisión de parar se tomó en una reunión de mesa chica en la que justo se ausentó el jefe de la UOCRA, Gerardo Martínez, un dirigente de buen diálogo con todas las tribus sindicales. Ese día, el sindicalista participaba en Suiza de una actividad de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

¿Algún sector especuló con su faltazo? Se sabe que el jefe de la UOCRA es un tiempista, que entiende que un paro es una medida que se toma en base a una estrategia, más allá de que puedan sobrar las razones objetivas para ir a un paro. Eso sí: cerca de Martínez garantizan que su gremio parará.

“Motivos hay de sobra para parar. Abrís una ventana y encontrás uno. El tema es parar para qué y qué ganamos”, señalan en un gremio que también se muestra disconforme con el llamado al paro.

Gerardo Martínez, titular de la UOCRA. Foto: Emmanuel Fernández.

En cuanto a las razones políticas, en corrillos sindicales se especula con que algunos dirigentes pueden haber empujado el paro para posicionarse en la interna peronista. Es que justo se lo convocó cuando se avecinaba el cierre de listas para la elección de legisladores en la Ciudad.

Hubo dos jefes importantes jefes cegetistas que tenían expectativa de colar gente propia en la boleta que encabeza Leandro Santoro. Pero el que manejo la birome, Juan Manuel Olmos, no les dio lugar.

A Maia Daer, hija del triunviro cegetista Héctor Daer, se le vence el mandato como legisladora en diciembre próximo y no renovará.

En esa lista, además de Santoro, hay terminales de La Cámpora, de Víctor Santa María, de Juan Grabois, del massismo y de la organización que lidera Andrés “Cuervo” Larroque. De todos, menos de la CGT.

Héctor Daer, triunviro cegetista. Foto: Víctor Sokolowicz.

Algunos en la central sindical cuestionan que antes de ir al paro, se debería haber intentado una mesa de diálogo con el Gobierno. “Si no conseguías nada, ahí sí tenías un argumento para reaccionar y llamar al paro”, argumentan en un gremio que integra el Consejo Directivo de la CGT.

En diciembre hubo un intento de iniciar una negociación entre las entidades patronales nucleadas en el G6 – la integran los bancos, la Sociedad Rural, la Bolsa de Comercio, las cámaras de Comercio y de la Construcción y la UIA-, el Gobierno y la CGT.

Los ejes iban a ser crecimiento, desarrollo, producción y trabajo. En ese momento se trabó la paritaria del gremio de Sanidad, que conduce Daer, y la reunión quedó finalmente en la nada.

Si ya en el vamos el paro nació frío -su convocatoria se oficializó el 20 de marzo- en estas casi tres semanas no parece haber levantado la temperatura para transformarse en un parazo. Cuentan que en los plenarios regionales de la CGT el clima estuvo demasiado apagado.

En la central sindical algunos se quejan de que tampoco hubo hasta ahora una campaña clara explicando las razones de la huelga, que básicamente son paritarias libres con acuerdos homologados, rechazo a los proyectos de reforma laboral y suba en las jubilaciones.

Conversación frustrada

La semana pasada, Daer, Andrés Rodríguez, jefe UPCN, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias, se reunieron en el gremio de Sanidad con el colectivero Roberto Fernández y el maquinista Omar Maturano.

Buscaron convencer a Fernández de que se sumara al paro. El colectivero fue al grano: les dijo que su prioridad era arreglar su paritaria.

Durante los últimos días hubo más intentos de otros jefes de la CGT de convencer a Fernández, pero no dio el brazo a torcer. Aclaró que no boicotea el paro, pero que objetivamente no puede plegarse.

Es que en su caso, el Gobierno hizo un trabajo quirúrgico. En medio de la discusión salarial, que está trabada, la UTA llamó a un paro y la Secretaría de Trabajo dictó a fines de marzo la conciliación obligatoria, que seguirá vigente hasta el 31 de abril.

En la UTA dicen que en caso de plegarse al paro cegetista podrían ser sancionados con una multa multimillonaria y perder la personería administrativa.

Suena exagerado, más porque el paro convocado por la CGT escaparía al corsé de la conciliación obligatoria, ¿pero quién quiere correr el riesgo?

Aunque desde el gremio ratifican que no adherirán al paro, dejan un margen del “5% de duda”. Lo único que podría empujarlos a parar es una bravocunada de algún funcionario libertario, como el secretario de Transporte Franco Mogetta.

Hay más gremios poderosos que están en duda. Al jefe de los petroleros de Neuquén, Río Negro y La Pampa, Marcelo Rucci, se habían olvidado en la CGT de llamarlo para avisarle del paro. Consultado sobre la central obrera, el sindicalista viene de declarar a Infobae: “No siento que represente a los trabajadores porque para representarlos hay que estar presente y eso no está pasando con la CGT”.

Hugo Moyano. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

¿Y los Moyano? No se los observa trabajando por el éxito del paro. “Lo veo muy frío con el paro a Hugo”, describe un sindicalista. Detalle: el viernes pasado hubo una reunión en la CGT para discutir acerca de la movilización que la central planea para este miércoles en apoyo a los jubilados, y Camioneros no mandó a ningún representante.

Este lunes, , eso sí, el gremio UATRE, que representa a más de 700 mil trabajadores rurales de todo el país, confirmó su adhesión al paro general del jueves.

«Paro inconsulto»

Desde la conducción de la CGT algunos acusan al gastronómico Luis Barrionuevo de jugar para Milei por no involucrarse con la medida de fuerza. El sindicalista está en contra del paro. Dice que fue inconsulto y que nadie tiene claro para qué es.

“¿Paramos porque Grabois y dos más están con bronca?”, dijo a Clarín el gastronómico. Barrionuevo va más allá. Sostiene que los trabajadores de su actividad no van a parar, más aún si hay colectivos. “Se perderían la propina, el día y el presentismo”, explica.

Cuando se supo que la CGT llamaba a un paro de 24 horas, Barrionuevo dijo que debía ser de 36. Fue una ironía. Como no se le entendió, ahora exagera más: “El próximo tiene que ser de 48 horas con toma de rehenes”.

Luis Barrionuevo y el triunviro cegetista Carlos Acuña.

En noviembre la central obrera debe elegir a sus nuevas autoridades, Algunos observan que Daer ambicionaría quedar como jefe único y no ya en un esquema tripartito de reparto poder.

Tras el paro, en caso de que no sea nomás exitoso, Barrionuevo pedirá adelantar la elección de autoridades.

Hace trascender que está en contra de Daer como único jefe. No es el único.

Más Noticias

Noticias
Relacionadas