La Contrarrevolución Cultural contra el aborto: Martí Batres pervierte al ISSSTE

La Contrarrevolución Cultural, que construimos cada día frente al marxismo posmoderno y su asedio a los cimientos de la civilización cristiana, se sostiene en defensas irrenunciables, siendo la segunda la defensa de la vida desde la concepción.

Este principio no es negociable: el ser humano, desde su primer instante, porta una dignidad ontológica que ningún poder puede profanar. Hoy, en México, Martí Batres, director del ISSSTE, pretende convertir el presupuesto público —sostenido por los impuestos de millones de cristianos provida— en un arma para financiar el aborto, un acto que no es solo un enorme abuso administrativo, sino además una declaración de guerra contra la verdad, la justicia y la trascendencia que define nuestra identidad como nación.

En respuesta, junto con CitizenGO, hemos lanzado una campaña de recolección de firmas para frenar esta imposición (llevamos 12,500 y contando), un grito desde el bien común contra el supremacismo progresista que busca pisotear nuestras convicciones.

El aborto, presentado por el progresismo como un “derecho”, es la negación del mandato ético fundamental: no matarás. Como escribí en «Nueva Derecha: El retorno de Dios a la cultura», el respeto a la vida es la base de toda civilización que aspire a la justicia. El Papa Benedicto XVI, en su visita a México en 2012, lo expresó con claridad: “La inigualable dignidad de toda persona humana, creada por Dios, es el fundamento de todo derecho”.

Batres, al ordenar que el ISSSTE facilite la «interrupción» del embarazo, no solo desoye esta verdad; comete un acto de supremacismo ideológico, secuestrando una institución pública para imponer una agenda que repudia la fe del 88% de los mexicanos que, de acuerdo con el INEGI, se declaran cristianos. ¿Es legítimo que el dinero de los provida, que con su esfuerzo sostienen al erario, sea usado para financiar lo que consideran un crimen contra la vida y la Creación? La campaña con CitizenGO responde con un rotundo “no”, exigiendo que el ISSSTE respete la conciencia de millones.

Esta maniobra de Batres encarna el “progre-globalismo” que denuncio en La Contrarrevolución Cultural frente al marxismo posmoderno como una ideología que, bajo el disfraz de «modernidad», erradica los valores cristianos y promueve un individualismo hedonista.

El aborto, una de las más terribles puntas de lanza del progre-globalismo con fines antinatalistas, representa una clara violación ética, y no es progreso, sino regresión hacia un Estado que aniquila al débil en lugar de protegerlo.

En Brasil (2007), Ratzinger advirtió: “La globalización debe regirse por la ética, poniendo todo al servicio de la persona humana”. Batres, en cambio, pone el ISSSTE al servicio de una élite ideológica que ignora la ciencia —la cual confirma que el feto es un ser humano desde la concepción— y desprecia la voluntad ciudadana. Encuestas como la de Parametría (2023) muestran que más del 60% de los mexicanos rechazan el aborto libre, pero Batres actúa como si su visión fuera un mandato universal, un eco del “socialismo blando” que describo como una dictadura roja disfrazada de democracia.

El presupuesto público no es un botín para experimentos ideológicos. Cada peso aportado por los cristianos lleva una carga moral: debe servir a la vida, a la salud, y nunca a la muerte. Forzar a los provida a financiar el aborto vulnera la libertad religiosa y la objeción de conciencia.

Batres fractura el contrato social y traiciona el laicismo auténtico, que respeta las creencias en lugar de imponer una agenda. La campaña con CitizenGO y el Ejército Cristero Internacional (ECI) no solo rechaza esta imposición: busca restaurar el respeto a la libertad de conciencia, exigiendo que los recursos del ISSSTE se destinen a la vida, no a la cultura de la muerte.

La Nueva Derecha, en su compromiso con la Contrarrevolución Cultural, no se limita a condenar: propone. Exigimos que el ISSSTE priorice políticas de apoyo a la maternidad: centros de atención integral para mujeres embarazadas, programas de adopción y educación para la vida, como planteo en Nueva Derecha al defender la “perspectiva de familia” frente al individualismo woke.

Demandamos un debate público donde la razón y la ciencia desmonten los dogmas del progresismo, como hice al criticar el “supremacismo eco-animalista” que equipara la vida humana con la de un animal y que aboga por no matar toros, pero arrancar bebés en gestación del vientre de sus madres lo ve bien y lo aplaude.

Y abogamos por una reforma que garantice la objeción de conciencia fiscal, permitiendo a los provida desvincular sus impuestos de prácticas contrarias a su fe. Estas medidas, inspiradas en la Agenda España de Vox, no son utopías; son la traducción práctica de nuestra lucha por una sociedad centrada en Dios, la vida y la familia.

Batres podrá creer que el aborto es una “conquista” irreversible, pero la historia demuestra que la verdad prevalece. Como escribí en La Contrarrevolución Cultural, «el marxismo posmoderno no tiene brújula: es hedonismo criminal». La campaña con CitizenGO es un paso firme en esta cruzada por el futuro: un México donde el Estado honre la sacralidad de la vida, y no la pisotee. Que Batres lo entienda: el dinero público no es para matar inocentes; es para construir esperanza bajo la mirada de Cristo Rey. Es la hora de luchar.

¡Con todo, soldados!

¡Oración y Acción: Contrarrevolución!

¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!

https://citizengo.org/es-mx/ot/14856-batr%C3%A9s–el-dinero-p%C3%BAblico–no-es-para-matar-inocentes

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