Frente al avance del narcotráfico, que no nos gane la indiferencia

Ante la noticia de escala nacional que involucra presuntamente con el narcotráfico al ahora ex Intendente de la localidad de Alberdi, en la provincia de Tucumán, pero que poca trascendencia le dieron los medios de comunicación absorbidos por otro temas como se informó en la edición de ayer, el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín reiteró un contundente llamado y pidió que se difunda el mensaje de la Diócesis de Concepción, donde ocurren los hechos, y que firman la Comisión de Pastoral Social de esa Diócesis tucumana y de su obispo, monseñor José Díaz, bajo el título: Frente al avance del narcotráfico, que no nos gane la indiferencia.

UNA OSCURA
REALIDAD

El mensaje con claras afirmaciones, expresa entre otras consideraciones que «lo sucedido en Juan B Alberdi no es un hecho aislado, sino un doloroso síntoma del avance implacable del narcotráfico en nuestro territorio. Esta oscura realidad se infiltra en nuestras instituciones, corrompe los cimientos de nuestra sociedad y, lo que es aún más grave, destruye la vida de innumerables personas, especialmente de nuestros jóvenes, quienes son los más vulnerables a sus engañosas promesas. Es una red compleja que genera violencia, marginalidad, desintegración familiar y socava la confianza en nuestras autoridades. Su presencia atenta contra la dignidad humana y el bien común, y su poder económico le permite tejer redes que, como hemos visto, pueden alcanzar incluso a las esferas de Gobierno».
Seguidamente, respecto a «la imperiosa necesidad de la prevención», sostiene que «frente a esta cruda realidad, la prevención emerge como un pilar fundamental. No podemos esperar que la droga llegue a nuestros hogares y comunidades para actuar. Es imprescindible fortalecer las políticas públicas de prevención y atención integral de las adicciones, que aborden las causas profundas de la vulnerabilidad social, la falta de oportunidades y la desesperanza».
Algo que no descuida el texto, es el trabajo de quienes ya están comprometidos con el bienestar del prójimo: «Del amor a la vida humana se deriva el aprecio y estima por los valores que la acompañan y protegen: el cuidado de la salud, la recreación sana en espacios de contención, la integración familiar, la convivencia social, la participación ciudadana y la educación integral. Alentamos a todos aquellos grupos e instituciones que promueven el amor a la vida, a la protección de los derechos, y a aquellos que se esfuerzan por ayudar a quienes son víctimas de la drogadicción».

Urgencia de entablar alianzas institucionales

GOYA. En uno de los apartados del Mensaje de la Diócesis de Concepción en la provincia de Tucumán, que el obispo goyano, monseñor Adolfo Canecín, solicitó que se difunda «lo más que se pueda», se advierte que «ningún actor social puede enfrentar este flagelo en solitario».
En ese sentido, el texto, que toda persona de buena voluntad debería leer y reflexionar, puntualiza que «toda la comunidad en su conjunto es interpelada por las actuales dinámicas socioculturales y formas patológicas derivadas de un clima cultural secularizado, marcado por el capitalismo de consumo, la autosuficiencia, la pérdida de valores, el vacío existencial, la precariedad de los vínculos y las relaciones» (Papa Francisco 2018); es por esto que, la complejidad y el alcance del narcotráfico exigen una respuesta unificada y coordinada. Es imperante que se fortalezcan y se creen nuevas alianzas institucionales entre:

  • El Estado en sus tres poderes y niveles: Es responsabilidad indelegable del Estado garantizar la seguridad, la justicia y el bienestar de sus ciudadanos. Se requiere una acción firme y transparente de las fuerzas de seguridad, la Justicia y los poderes ejecutivos para desmantelar las redes del narcotráfico y perseguir a quienes se benefician de él, garantizando la independencia y la ética en su accionar.
  • Las organizaciones de la sociedad civil: Las instituciones religiosas, educativas, deportivas y clubes vecinales tienen un rol fundamental en la contención, la prevención y la promoción de valores. Su cercanía con la comunidad las convierte en actores clave en la detección temprana y la implementación de acciones preventivas.
  • Las familias: La familia es la primera y fundamental educadora. Fortalecer los lazos familiares, promover el diálogo y el acompañamiento amoroso son esenciales.

Compromiso
como Iglesia

GOYA. Hacia el final del mensaje de esa Diócesis de la provincia norteña, al que adhiere a cada manifestación el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, se reafirma el compromiso como Iglesia «de seguir trabajando incansablemente en la prevención, la asistencia y la concientización», y se pone «a disposición nuestras capacidades y recursos para acompañar a las víctimas, promover la esperanza y ser una voz profética que denuncie la injusticia y la corrupción».
«Nos dice el Papa Francisco: ‘Las drogas y las adicciones son un obstáculo para el desarrollo humano integral’ (2018). Es por esto que exhortamos a todos los sectores sociales a vivir una jornada de profunda reflexión el 26 de junio, en el que se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas porque, para superar las adicciones es necesario tener un compromiso sinérgico, involucrando a las diferentes realidades presentes en la comunidad».

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