En plena tensión con Milei, la vicepresidenta participará del homenaje al Sargento Juan Bautista Cabral. La Casa Rosada desautorizó el traslado de los restos por falta de pruebas de autenticidad.
Este sábado, se realizará en Saladas el acto oficial por el traslado de los restos del sargento Juan Bautista Cabral, héroe del Combate de San Lorenzo. El evento contará con la presencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, el gobernador Gustavo Valdés y autoridades locales, a pesar del rechazo del Gobierno nacional, que desestimó el traslado por motivos históricos y científicos.
La ceremonia central será a las 17, pero desde el mediodía se desarrollarán diversas actividades, incluyendo una caravana oficial con la urna que contendría los restos de Cabral y otros 13 granaderos, que serán depositados en un monumento ubicado en la casa donde vivió el soldado antes de unirse a los Granaderos a Caballo.
La presencia de Villarruel, confirmada oficialmente, se da en un contexto de fuerte interna con el presidente Javier Milei, quien recientemente la acusó de “traidora” y de operar contra su gestión. Desde el Gobierno, sin embargo, señalaron que la objeción al acto no responde a diferencias políticas, sino a la falta de certeza sobre la autenticidad de los restos.
Según la Comisión Nacional de Monumentos, no hay registros individuales suficientes ni estudios de ADN que permitan confirmar qué fragmentos corresponden efectivamente a Cabral. Por ese motivo, Defensa y el Ejército se desligaron del evento, al igual que el Instituto Nacional Sanmartiniano.
No obstante, la Municipalidad de Saladas y la administración provincial avanzaron con la exhumación y organización del homenaje, en pleno año electoral en Corrientes, donde el próximo 31 de agosto se votará gobernador. La figura de Cabral, hijo de esclavos afroamericanos y símbolo del Ejército Argentino, será homenajeada con actos religiosos, ofrendas, discursos y un festival popular.
Desde el oficialismo nacional reiteraron que los restos se encuentran en el Convento de San Carlos en San Lorenzo desde 1813, junto a otros soldados caídos, y advirtieron que “no se considera prudente ni necesario” realizar el traslado sin estudios serios que lo respalden.