Once horas y decenas de cámaras de televisión. Once horas y una infinidad de suposiciones, de teorías y de especulaciones. Once horas se dilató el simple traspaso de unas niñas a su padre. Así se desató uno de los mayores escándalos de Wanda Nara.
La famosa protagonizó un conflicto inusitado, que detuvo la atención de la opinión pública, cuando no cumplió con la orden de la Justicia de ceder a Isabella y Francesca el viernes, a las once de la mañana, para que Mauro Icardi pueda llevarlas a su mansión de Nordelta.
La verdad absoluta de lo que sucedió en el interior del departamento lujoso de la mediática, en el exclusivo edificio Chateau de Núñez, nunca se sabrá a ciencia cierta. Empero, en el transcurso de esa jornada álgida y convulsionada se filtraron algunos videos.
Las imágenes permitieron dilucidar el estado de shock de la más pequeña, dado que se la escucha implorar que no la separen de su mamá, así como se percibe con claridad su llanto. Un material que evidentemente brotó de la mano de la propia Wanda.