El misterio sobre Agostina Rubini, una joven argentina de 24 años que se encontraba desaparecida en España desde octubre del año pasado, se resolvió este viernes 28 de febrero, cuando la Policía española confirmó que sus restos fueron hallados en un basural de Son Reus, cerca de Palma de Mallorca, donde la joven vivía junto a su familia.
Rubini desapareció el pasado 2 de octubre, tras juntarse con sus amigos. Desde entonces, no se había sabido nada sobre ella.
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Una muerte horrible
Según la investigación realizada por el Grupo de Homicidios de la Policía de Baleares, la marplatense entró a un contenedor de basura de la zona y perdió el conocimiento: Luego, el contenedor fue recogido por un camión de basura y trasladado a la planta de tratamiento de residuos.
El jefe de Homicidios, Ángel Ruiz, aseguró que es imposible sobrevivir una vez que se ingresa al camión de basura debido a se llevan “hasta diez toneladas de basura que se prensan y se almacenan de forma que no hay oxígeno dentro”.
Rubini y su familia se habían trasladado a Mallorca para comenzar una nueva vida. La joven estudió Diseño en la isla, pero más tarde abandonó dicha carrera y se pasó a Integración Social, formación que cursaba en un centro privado situado a solo 20 minutos del Paseo Marítimo donde se encontró con sus amigos a tomar algo.
Agostina (descrita por las autoridades como una mujer de pelo castaño lacio, ojos marrones, que medía 1,60 metros y tenía un particular tatuaje en la espalda), fue vista por última vez a las 23.57 horas, en el cruce entre la plaza des Pont y la calle Andrea Doria de Palma: llevaba jeans, una camiseta marrón y, arriba, una blusa con un estampado de leopardo.
Parte de la vestimenta -la blusa y el bolso- fueron hallados afuera del contenedor, cuidadosamente doblados y apoyados. Esto fue uno de los indicios que hizo creer a las autoridades que ingresó al contenedor por su cuenta y que no había intervención de terceros en su caso.
La hipótesis principal de la investigación es que la joven sufrió los efectos de haber ingerido alcohol junto con una medicación que ya tomaba, lo que habría provocado que perdiera la conciencia tras caer dentro del contenedor.
También creen que la joven ingresó al contenedor porque perdió alguna pertenencia, lo que explicaría por qué su ropa se encontraba en perfecto estado.
A través de la señal de su celular, la Policía pudo identificar el recorrido de la joven desde el contenedor hasta el camión de basura y finalmente la planta de tratamiento de residuos. Allí, el Grupo de Homicidios revisó 60.000 toneladas de residuos e identificó más de 1000 restos óseos. Los agentes del Instituto de Medicina Legal de Baleares determinaron que dos de ellos eran humanos y, tras chequear en el laboratorio, identificaron que pertenecían a Rubini.
La Policía Nacional dio por terminada la investigación, descartando la intervención de terceras personas. El caso ha contado con la colaboración del Instituto de Medicina Legal de Baleares, la Brigada Provincial de Policía Judicial y la Policía Científica, además del apoyo de la empresa gestora de Son Reus.
HM / Gi