La niñez y juventud porteñas del Papa Francisco: un padre ferroviario y la sagrada influencia de la abuela

Una de las últimas misas por el Papa Francisco en Buenos Aires la realizó la pastoral de los Curas Opción por los Pobres al aire libre en Plaza de Constitución. Un lugar rodeado de edificios de departamentos de clase media y conventillos, frente a la estación de ferrocarril en la que cotidianamente miles de obreros registrados y precarizados transitan para llegar a la capital, donde las escenas más trash tienen lugar junto a la solidaridad, por ejemplo, de las trabajadoras sexuales que construyen su sindicato. La imagen podría sintetizar algo de su prédica que incluye la búsqueda de una “Iglesia para todos”, la denuncia a la exclusión y al capitalismo salvaje. La mirada ecuménica y humanista de Francisco no sólo la construyó en los seminarios, sino que se puede rastrear en su infancia, en la que sus abuelas tuvieron un rol importante.

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Jorge Bergoglio nació en 1936 en Buenos Aires en una familia, como él mismo la describe, de clase media “bienestante”, hijo de Mario Bergoglio y de Regina María Sívori. Su padre y sus abuelos paternos eran inmigrantes italianos. Habían llegado milagrosamente a la Argentina, luego de cambiar el pasaje, que en un primer momento habían sacado en el buque Principessa Mafalda pero que se hundió en las costas de Brasil. Bergoglio padre era contador en el ferrocarril y más tarde fundó su propia fábrica de medias. En cambio, su madre trabajaba como ama de casa, era argentina descendiente de un argentino y otra migrante italiana.

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Foto sin fecha proporcionada por la familia Bergoglio del Papa Francisco en sus años de juventud.

Foto sin fecha proporcionada por la familia Bergoglio del Papa Francisco (izq.) en sus años de juventud con su hermano Oscar Bergoglio

“En uno de los patios mi abuelo tenía su carpintería y estaba el gallinero, en cambio el otro era en donde sucedía la vida”, describió Francisco en la entrevista que le realizó Jorge Fontevecchia en PERFIL. En su niñez, Bergoglio compartía bastante tiempo con sus abuelos, los paternos vivían a la vuelta de su casa en Flores y los maternos en Almagro, en la calle Quintino Bocayuva 556. Las direcciones siguen existiendo sin embargo la ciudad en la que vivió su infancia era muy distinta a la actual, predominaban las casas bajas, circulaban los tranvías y los adoquines tapizaban las avenidas. El tango atravesaba su década de oro y Tita Merello daba sus primeros pasos en el cine.

Una vez, cuando tendría cuatro o cinco años, iba con mi abuela caminando por la calle y nos cruzamos dos mujeres del Ejército de Salvación, vestidas con el moño y el gorro que usaban en esa época. Al verlas, le pregunté a mi abuela si eran monjas y ella me respondió: ‘no, son protestantes pero son buenas”, relató Francisco en una entrevista con Elisabetta Piqué. Y agregó: “Esa respuesta me permitió reevaluar lo que se decía desde chico, a mirar con otros ojos a los protestantes y no como el párroco de Versalles que decía que se iban a ir al infierno, o como los Jóvenes de Acción Católica que les quemaban las carpas a los evangélicos que venían a predicar”.

Jorge Bergoglio con sus padres, Mario José Bergoglio, oriundo de Italia, y Regina María Sívori, hija de inmigrantes italianos también, fotografiados durante 1958 en Buenos Aires.

Foto sin fecha proporcionada por la familia Bergoglio. De izquierda a derecha, arriba: la hermana del Papa, María Elena, Regina Sívori, Alberto Bergoglio, Jorge Bergoglio, Oscar Bergoglio, Martha Bergoglio y el hermanastro del Papa Enrique Narvaja. Sentados de izquierda a derecha: el abuelo, la abuela y el padre de Bergoglio.

“Al pobre lo descubrí en el personal de servicio. Siempre me preguntaba por qué yo y ellos no”, relató el Papa. En su casa trabajaron distintas empleadas domésticas, una inmigrante siciliana que había llegado al país por la guerra, viuda y con los hijos, y una joven oriunda de la provincia de Córdoba. A ambas mujeres las mencionó en el reportaje que le realizó Fontevecchia, donde sostuvo: “En la navidad, algo típico de las familias italianas, dejábamos un plato libre por si llegaba un pobre a última hora a comer”.

Bergoglio estaba poblado de anécdotas que hablan de la historia argentina. Había nacido en la denominada Década Infame pero durante su niñez y adolescencia vivió el ascenso del peronismo. La casa de sus abuelos maternos recibía periódicamente al radical yrigoyenista Elpidio González. “Recuerdo como si lo viera hoy, un hombre de barba blanca que vendía anilinas, tomando té con vino. Un día, mi abuela me lo señala y dice: ‘¿Sabes quién es don Elpidio? Fue vicepresidente de la República’. Le vendía las anilinas en 10 minutos y después hablaban 2 horas”, explicó y añadió: “Mi abuelo cuando iba a la iglesia o a una reunión radical salía de galera, polainas y bastón”.

Diplomacia, peronismo y furia en la curia: los retos políticos que enfrentó Francisco durante su papado

“En el ‘45, yo me acuerdo lo que fue Plaza Francia, aquel acto al que asistió desde Regina Pacini de Alvear (exprimera dama de Marcelo Torcuato de Alvear) hasta Américo Ghioldi (dirigente socialista), no fue el marxismo revolucionario de Rubens Íscaro, es curioso” dijo Francisco y agregó: “Yo tenía 9 años, fuimos con mi familia que concurrió como si se tratara de la peregrinación a Luján porque ‘había que salvar la democracia’. Yo vengo de esa familia”. En ese entonces gobernaban Edelmiro Farrell y Juan Domingo Perón, quien era vicepresidente y todavía no había sido electo a través del voto. La oposición organizó en septiembre la Marcha de la Constitución y la Libertad y reunió a todo el arco político desde la derecha a la izquierda. Apenas un mes después de ese episodio, el 17 de octubre, los trabajadores se movilizaron masivamente a la plaza en apoyo a Perón que finalmente ganó las elecciones en febrero de 1946.

Francisco, testigo en la niñez de todos esos fenómenos, cuando llegó a ser obispo terminó siendo confesor de la hermana de Eva Duarte de Perón, Erminda Luján Duarte de Bertolini. En uno de sus últimos reportajes afirmó que el justicialismo adoptó la doctrina social de la iglesia que había elaborado el monseñor Nicolás de Carlo de Resistencia. “Perón era decarlista”, dijo y concluyó: “El peronismo es un movimiento popular que tiene un largo camino que convoca mucha gente con la idea de justicia social”.

En el marco de esos cambios políticos, el niño Bergoglio cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº 8 y secundarios en la Escuela Técnica Industrial Nº 27. “Jorge Iba siempre muy prolijo y formal al colegio pero a la hora el fútbol, en la plazoleta Herminia Brumana, se sacaba el delantal y se ponía a jugar”, contó uno de excompañeros, Ernesto Mario Lach, en la biografía Francisco, Vida y Revolución de Elisabetta Piqué. Es vox populi que el Papa Francisco fue hincha del Club San Lorenzo, pasión inculcada por su padre.

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En toda esta etapa la Iglesia ocupó un lugar importante en su rutina y la abuela paterna, Rosa Margherita Vasallo, fue una de las encargadas de que así sea. “Mi abuela cada Viernes Santo nos llevaba a la procesión de las velas y al final llegaba el Cristo yacente y la abuela nos hacía arrodillar y nos decía ‘Miren, está muerto, ¡pero mañana va a resucitar!’. La fe ha entrado así”, relató Francisco en una de las vigilias de Pentecostés. También en la primera misa de Ramos que dio como Papa evoca a su abuela y mencionó que en su niñez le enseñó que “El sudario no tiene dinero”.

Al terminar la escuela, Francisco primero le dijo a su madre que iba a estudiar medicina. Sin embargo, al tiempo se arrepintió y decidió ingresar al seminario. La hermana del Papa, María Elena Bergoglio, relató que fue difícil para su madre aceptar la elección de su hijo. Por el contrario, la abuela se alegró con el proyecto del nieto. “Cuando se lo dije a mi abuela, que ya sabía y se hizo la desentendida, me respondió: ‘Bueno, si Dios te llama, bendito sea”, relató Bergoglio siendo Papa.

A los 20 años Bergoglio decidió ingresar al seminario de Villa Devoto. Sin embargo, una pulmonía grave se lo impidió y debieron realizarle una ablación del lóbulo superior del pulmón derecho. Fue a sus 21 años cuando por fin accedió a la Compañía de Jesús en Córdoba, donde realizó los votos de castidad, pobreza y obediencia. Luego viajó unos años a Chile, donde estudió humanidades y, al regresar, decidió formarse en la institución de los jesuitas, el Colegio Máximo de San José, en la localidad bonaerense de San Miguel, donde obtuvo una licenciatura en filosofía. En este período ejerció la docencia como profesor de literatura y psicología en los colegios de la Inmaculada de Santa Fe y del Salvador en Buenos Aires. Recién en 1969, con 33 años, Jorge Bergoglio fue ordenado sacerdote.

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